Ir al contenido principal

Ojalá.

¿Cuándo seré lo suficientemente valiente?
¿Cuándo aprenderé a quererme lo suficiente?
Lo suficiente para decirte adiós. Para sacarte de aquí junto con mi dolor.
Para de una vez decirte que me quedo aquí. Con mi comodidad.
Con mi amor propio. Con el poco que tengo. Con ese me quedo;
Aunque no me alcance para nada, pero lo conservo. Porque peor es nada. Que prefiero estar sola que contigo –bueno tal vez no (por aquello de la costumbre)-.
Ojalá pudiera decírtelo y sanar como se sana de una simple enfermedad.
Y así me percibo, y me defino: enferma.
Sana quisiera estar, como antes de conocerte. Antes de arriesgarme.
Ojalá hubiera puesto atención a cada -no te quiere-
En vez de haberla puesto en mis propios -si lo hace-
Esta incertidumbre que me deshace y me destruye. Que me disuelve en la tristeza. Esta necesidad asfixiante de querer saber de ti y de querer estar contigo.
¿Qué sé siente que te necesiten tanto y tú en cambio sentir indiferencia? 
No importa que no contestes, porque para mi desgracia ya me acostumbre a tus silencios. ¿Parece que siempre me toca perder, no? 
Pero al entregar todo, creo que he ganado yo, porque he aprendido más. Siempre supe como eras, predecible como el final de un libro sencillo,  y parecido a los finales inevitables de éstos. 
¿Cómo es posible que las personas vivan de palabras?
Supongo que al igual que como se vive de recuerdos, porque hay algo de realidad en éstos. Mi costumbre por agarrarme de cualquier cosa para seguir, así he sobrevivido de leerte. Un libro sencillo y triste. Con una nostalgia inevitable.
Mírate con tu carita perfecta y tu manera de llevar las cosas, como si nada pasara, admiro tu manera de hacerlo, porque al menos haces algo. 
Y pienso que ojalá así hubiera sido tu corazón, bonito como tu cara, 
pero todo lo contrario, me topé con una realidad ausente, como tu eres.

Pero así, así tal como te describo, habiendo tantos, parece que te escogí de debilidad, porque aunque me pregunte siempre que hago aquí, y que vea la falta de sentido, me deshago cuando te veo y cuando me hablas. Que siempre cuando no estas recuerdo que soy muy valiosa pero que no me valoro cuando estoy contigo, sabes que me rompes, soy tan frágil cuando estás aquí y no tengo más. Ojalá tuviera el coraje para decirte que ya no volveré, o que mejor ya te vayas porque yo no me sé ir. Ojalá pudiera verte y aventurarme a decirte adiós, que te vaya lindo y encuentres a alguien que puedas querer, que dejo mi lugar para que lo ocupe alguien más, ¿pero cuál maldito lugar? Si no soy nadie aquí, si soy la misma nada personificada en tu mediocre vida, en esa vida miserable que me aferro a pertenecer.



Yo siempre enigmada con la vida:
Ella

Comentarios

  1. Es hermoso me identifico plenamente con lo que me esta pasandos, es muy bueno estoy en la prepa Oriente :) y es hermoso. En verdad muy bueno

    ResponderEliminar
  2. ¡Hola! Te agradezco muchísimo que me leas y te des el tiempo de comentar!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Veo humanos, pero no humanidad.

¿Te has fijado como somos de indiferentes las personas? Como no reaccionamos, no nos importa, la indiferencia es peor que las otras actitudes. ¿Ves como somos soldaditos?  Hechos para obedecer y no preguntar. Parece que la sociedad esta dejando de evolucionar, no mejoramos, estamos destruyéndonos, parece que avanzamos, pero PARA ATRÁS. He querido cambiar las cosas, una, diez cien veces. Me siento tan enojada, no puedo ser la única con ganas de cambiar. Claro siempre te dicen que empieces por ti misma, ¿Y sabes por qué te lo dicen? Sí, porque es lo más difícil. Pero después de haberlo intentado y de haber fracasado tanto, me he sentido tan vacía, tan ridícula, tan frustrada. Y luego tan yo, como siempre; tan yo. Y no sé que es, siento que estoy equivocada, espero que alguien conteste a tantas interrogativas que de todo surgen. Pero, ¿sabes qué? Nunca nadie lo hace y eso me lastima tanto, ¿Por qué se aferran en hacerme sentir tan mal? ¿Por qué siempre quieren hacerte ve...

Es fin de año y no pude evitar escribirte.

Papá, estoy en Montevideo. Qué lugar lindo, debo decir, acabo de dar una vuelta y mire una casa como aquella que te gusta que está en Bosques, que cuando íbamos a misa y pasábamos te decía: yo te la voy a comprar. He pasado por Santiago, por Buenos Aires y ahora estoy hirviendo aquí en frente al mar. Quise empezar esto así, pero sabes que estoy llena de nostalgia, naturalmente porque nací contrariada con la vida y aumentado por estas fechas que se recuerda mucho a la familia y que lejos uno se da cuenta que hasta lo más mínimo es lo más maravilloso. Estoy haciendo un recuento de los daños, bueno quiero decir de este año y de doce meses he pasado cerca de siete fuera, y yo sé que esto debo de aprovecharlo, que hay pocas oportunidades así pero soy débil y todo me recuerda a casa, a la abuela, a la ciudad, a Ringo (nuestro perro). Vos sabes cuánto vivo atada a la nostalgia. Y es cierto también, que es bueno viajar, mira de cuantas cosas me he dado cuenta, cuanta pertenencia tengo haci...

Tara, ¿mi gata?

¿Qué sabemos del vacío en realidad? A veces (seguido), me parece irónico que siendo lo que es esa palabra, sea una sensación tan exhaustiva, decir que está vacío es como decir que no hay nada, pero al mismo tiempo, ese vacío lo ocupa todo. Decir que no hay nada no es tan cierto, pero es una manera de relegar todo, de tirarlo a un segundo plano. Y decir que Tara ocasionó el vacío más profundo en mi vida, no es para nada una exageración. Ahora no hay nada y al mismo tiempo un pensamiento sostenido que gira a su alrededor. Se fue Tara, salió de casa, se perdió. Siempre digo ¡Tara es mi gata! (o, ¿era?), pero Tara nunca fue mía, Tara sólo me escogía para brindarme su compañía. Tara era de ella y de la naturaleza que la hizo increíblemente perfecta. Tara es el nombre que le puse y me parecía profundamente impecable para esos ojitos que se expandían cuando ella me miraba, cuando jugábamos y seguía sigilosamente mis dedos en la orilla de mi cama. Tara no era mía, pero como humana, me gustaba ...