Ser niño.
Lo he olvidado, el tiempo ha pasado cada vez más rápido.
Ser niño, eso está en el pasado. Ahora soy una mujer adulta.
"Mentira no has crecido" La niña que creía dormida en mí me hablo con determinación.
Entonces ¿Por qué me he encargado de hacerme creer que lo he hecho? ¿Qué ya no soy una niña? ¿Que pueden llamarme adulta porque soy madura? ¿Por qué a los niños se les hace menos cuando son los más?
No olvido esos días, parece que los recuerdos están llenos de polvo, pero no es así. Recuerdo lo que era ser niño, como no hacerlo, si parece un sueño entre tanta pesadilla. Recuerdo la bondad que mis pensamientos expulsaban, recuerdo que el mundo no era para mi lo que hoy es, las cosas no eran tan reales, en ese entonces era un jardín gigante, un universo de niños felices ¡esperándome para jugar!. Se dice que las cosas eran fáciles, que todo es fácil cuando sé es niño, bah otra mentira.
Los niños también tenemos problemas, ¿Por qué no? De diferente magnitud quizá comparados con los de los adultos, pero grandes para un ser tan pequeño. De cierto modo tienen razón, es fácil ser niño porque no somos tan complejos para complicar las cosas y a todo encontramos solución.
¿Qué era ser niño? Me pregunto seriamente y recuerdo. Recuerdo que el mundo es magia y magia transformadora, luego poco a poco se va disipando y llega un momento cuando tu único deseo es SER ADULTA. Pues ¿Cómo no? Si parecía carecer de valor, decían "no le hagas caso, es a penas una niña", mi opinión no era estimada, entonces quería crecer y valer yo también. Recuerdo esas palabras: "Cuando seas grande lo entenderás" ¡Pero no lo entiendo! No entiendo porque callamos la alegría de los niños, no entiendo porque tanta inocencia la dejamos caducar y entonces ¡Se vuelve inservible cuando la queremos usar! Y luego, luego nos volvemos malos, fríos, olvidamos que seguimos siendo niños, que nunca quisimos ser adultos de verdad. Olvidamos que la amargura ocupo el lugar de la alegría, ¡nuestra mejor amiga!, la sonrisa, ahora suplida por una cara seria y la indiferencia se encargo de turbar nuestro deseo de siempre ayudar a los demás. ¿Por qué permitimos que alguien más nos empujará a crecer y a olvidar ¡QUE SIEMPRE SOMOS NIÑOS!?
¿Por qué lo permití?
Ahora entiendo que crecer es una tontería, todos lo anhelamos y ahora que somos adultos, ¡Queremos ser niños de nuevo! Porque parece que ser adulto es ser incrédulo, realista, amargado; ¡perdimos todo encanto de ser niños!. Ignoramos que madurar es progresar, e intentándolo nos hacemos más pequeños, nos hacemos cobardes. Aceptamos la prisa con la que nos incitan a crecer siendo aún niños, y creemos crecer, y lo hacemos quizá, pero mal, a destiempo, incompletos. Incompletos porque dejamos la niñez a la mitad, y luego la intentamos callar. Somos medio adultos, y el medio niño ¡LO QUEREMOS SOFOCAR!
Seamos unos adultos de verdad, haciendo extraordinario el milagro de ser niño.
Yo siempre enigmada con la
vida:
Ella
Comentarios
Publicar un comentario