Se nos escurre la vida.
Haciendo planes, ahorrando dinero, esperando un mañana.
Esperamos y no sólo eso sino que contamos con ello.
Con algo que no está asegurado, con cosas que pueden ser y al mismo tiempo no serlo.
Aseguramos que habrá un mañana, y en ese entonces, el hoy se nos escapa.
Se nos escurre la vida, tal como se escurre el agua y en nada se evapora,
Porque se nos marchita, se nos agota.
Y ya no hay nada.
Porque la vida es hoy y no mañana, la vida fue ayer y ya no cuenta,
Y sin embargo, seguimos confiando en un futuro incierto.
Entonces, en la ausencia, en un suspiro, en un instante se te va la vida.
Y cuando te das cuenta ya no queda nada.
Esperamos y en un segundo ya no hay mañana.
Porque cuidamos mucho el futuro y descuidamos mucho el hoy.
Confíe demasiado en que tendría una vida.
Larga tal vez, años me esperaban, lo sabía.
Olvidé cuidarla, y en un segundo en nada,
volví a ser indefensa, pequeña, huérfana
en un campo de batalla, en un mundo grande
que no hace otra cosa más que devorar
El miedo volvió a consumirme y me hice pequeña
Prometí cuidar mi hoy y lo único que hice fue abandonarlo
Me tope de frente con la muerte y en un instante regresé a la vida
No pude evitar sentir nostalgia, alegría en forma de lágrimas
Otra oportunidad a cambio de una promesa:
Concentrarme en mi presente, porque el futuro se construye a través de hoy.
Yo siempre enigmada con
la vida:
Ella
Comentarios
Publicar un comentario