Ir al contenido principal

Tengo miedo de perderte y peor aun, perderme yo contigo.

Es un buen momento para escribir,
total, triste también soy valiente.

Es uno de esos días en que me recordaste lo poco que te/me importo.
Suelo empezar mis narrativas hablando de mis recuerdos 
y hoy como la mayoría del tiempo vivo de uno: el tuyo.

No sé cómo describirlo. Estoy rota y deshecha en muchos sentidos 
y en el más importante, el espacio en que te quiero. Por una parte no te quiero 
obligar a estar conmigo y por la otra me deshago sin ti. Supongo que al final
dará igual, porque tengo el puto presentimiento de que no te quedarás (ya sabes
que yo no soy tan valiente para irme primero, y que prefiero el lugar de la que se
queda sufriendo) que ya no habrá un nosotros. Siento que estás tan cansado, lo peor es que es de mi. Debes saber que inclusive me da pena hablarte así, como te hablo “amor” “cariño” etc. siento que ya no te conozco y también que no quiero ser molestia para ti, como ahora parece que estoy siendo.
F, querido, cuanto te he querido sin mencionar que lo sigo haciendo desmesuradamente, cuanto estoy sufriendo por todo lo que te sueño y porque en mi naturaleza está ser así, cuanto he aprendido de ti también.

Quizá me quiero menos cuanto más te quiero a ti.

Cuando pienso en quien he sido, antes de ti fui tan fuerte y ahora contigo tan débil
Algo tiene que ver que deje de protegerme porque contigo me siento protegida, pero nunca pensé en el momento en que te irías. Sé que no te has ido y se también que hemos hablando de esto infinidad de veces. pero soy tan insegura pero ahora me deshace la posibilidad de perderte y más aún la posibilidad de perderme yo contigo de perderme a mí en el transcurso.
no sabes cuan aterrorizada de estoy de lo que sigue sin ti.
Como siempre sin posibilidades solo habrá un camino que no amo caminar: ser fuerte, pero, ¿qué hace uno cuando las fuerzas se fueron con alguien más en otro camino? de donde agarra uno las ganas para caminar,
Sin camino que aferrar probablemente me voy a estancar.
Todo esto que te escribo, que quizá no leerás
(que quizá el interés de leerme también hayas perdido)
es solo una muestra de lo poco que me quiero y de lo
triste que parece el camino sin quien yo quiero. Una muestra
del miedo de estar sola (cosa que nunca había temido y
que incluso gustaba de ella) una muestra de lo mucho
que guste de sentirme querida y de lo dificil que resulta
la idea de no serlo más.
Qué bueno fue todo lo que vivimos
Qué bueno fue besar tus ojos
Qué bueno fue lamer tus parpados
Qué bueno sostener tu mano
Y a veces tu cuerpo.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Veo humanos, pero no humanidad.

¿Te has fijado como somos de indiferentes las personas? Como no reaccionamos, no nos importa, la indiferencia es peor que las otras actitudes. ¿Ves como somos soldaditos?  Hechos para obedecer y no preguntar. Parece que la sociedad esta dejando de evolucionar, no mejoramos, estamos destruyéndonos, parece que avanzamos, pero PARA ATRÁS. He querido cambiar las cosas, una, diez cien veces. Me siento tan enojada, no puedo ser la única con ganas de cambiar. Claro siempre te dicen que empieces por ti misma, ¿Y sabes por qué te lo dicen? Sí, porque es lo más difícil. Pero después de haberlo intentado y de haber fracasado tanto, me he sentido tan vacía, tan ridícula, tan frustrada. Y luego tan yo, como siempre; tan yo. Y no sé que es, siento que estoy equivocada, espero que alguien conteste a tantas interrogativas que de todo surgen. Pero, ¿sabes qué? Nunca nadie lo hace y eso me lastima tanto, ¿Por qué se aferran en hacerme sentir tan mal? ¿Por qué siempre quieren hacerte ve...

Es fin de año y no pude evitar escribirte.

Papá, estoy en Montevideo. Qué lugar lindo, debo decir, acabo de dar una vuelta y mire una casa como aquella que te gusta que está en Bosques, que cuando íbamos a misa y pasábamos te decía: yo te la voy a comprar. He pasado por Santiago, por Buenos Aires y ahora estoy hirviendo aquí en frente al mar. Quise empezar esto así, pero sabes que estoy llena de nostalgia, naturalmente porque nací contrariada con la vida y aumentado por estas fechas que se recuerda mucho a la familia y que lejos uno se da cuenta que hasta lo más mínimo es lo más maravilloso. Estoy haciendo un recuento de los daños, bueno quiero decir de este año y de doce meses he pasado cerca de siete fuera, y yo sé que esto debo de aprovecharlo, que hay pocas oportunidades así pero soy débil y todo me recuerda a casa, a la abuela, a la ciudad, a Ringo (nuestro perro). Vos sabes cuánto vivo atada a la nostalgia. Y es cierto también, que es bueno viajar, mira de cuantas cosas me he dado cuenta, cuanta pertenencia tengo haci...

Tara, ¿mi gata?

¿Qué sabemos del vacío en realidad? A veces (seguido), me parece irónico que siendo lo que es esa palabra, sea una sensación tan exhaustiva, decir que está vacío es como decir que no hay nada, pero al mismo tiempo, ese vacío lo ocupa todo. Decir que no hay nada no es tan cierto, pero es una manera de relegar todo, de tirarlo a un segundo plano. Y decir que Tara ocasionó el vacío más profundo en mi vida, no es para nada una exageración. Ahora no hay nada y al mismo tiempo un pensamiento sostenido que gira a su alrededor. Se fue Tara, salió de casa, se perdió. Siempre digo ¡Tara es mi gata! (o, ¿era?), pero Tara nunca fue mía, Tara sólo me escogía para brindarme su compañía. Tara era de ella y de la naturaleza que la hizo increíblemente perfecta. Tara es el nombre que le puse y me parecía profundamente impecable para esos ojitos que se expandían cuando ella me miraba, cuando jugábamos y seguía sigilosamente mis dedos en la orilla de mi cama. Tara no era mía, pero como humana, me gustaba ...