En ocasiones y con frecuencia, al estar contigo tenía miedo de ser ahora yo quien te asfixiara, que algún día te hartaras, como se han hartado otros, que algún día me dijeras: "no te aguanto", porqué con claridad sé la insoportabilidad de mi ser, y tenía miedo del sufrimiento que aseguraba iba a sentir cuando me dejaras, y que volvería a mis días grises que me arrullaban, a mis días que empapaban mis ojos y los inundaban porque nunca se han sabido secar del todo.
- ¿Por qué tanto miedo de que me dejarás? Estaba tan acostumbrada a ti, pero no, no es que fueras indispensable, tu sabes que no lo eres y yo sé que tampoco lo soy.
Me dueles mucho y no sé de qué manera. No se si podamos medirla quizá de tristeza o alegría. Recuerdo tantas cosas de ti, lo primero que pienso al evocar tu persona es un fuerte latir, recuerdo que hasta pensaba "que bonito me hace latir el corazón" a veces se me olvidaba que estaba viva, siempre inmersa en tanta porquería que suelo llamar rutina, y en esos momentos apagados prendías una luz que me permitía ver hacia donde iba.
Me gustaba mucho la forma como tomabas mi mano, como diciendo ya sé a donde vamos, siempre decidido fingiendo que te imponías sin embargo te dirigías donde yo había indicado.
Es curioso que me dolieras, que lo hicieras de esta manera.
Me recordabas que estaba viva, porque cuando te miraba a los ojos, cuando me quedaba viendo todo lo que tenias guardado detrás de ese par de ojos (mi atardecer), sentía que me moría de amor, a pesar de que el tiempo seguía pasando (y de que no soy realmente el tipo de persona que vive enganchado de otra), cada vez que te veía yo sentía como me estremecía, como me hacías la piel "chinita" solo con abrazarte, como me mantenías como una niña chiquita, pero cuando tenía que ser de otra manera no me lo perdonabas.
No sé porque hablo en pasado, como si ya hubiera acabado, pero así es más fácil contarte las cosas.
Y solo pienso, ojalá pudiera quedarme en este momento toda mi vida, ojalá me alcance el amor, ojalá lo compartamos y nos rinda para seguir aquí, intentando no lastimarnos de tanto amor, pero imposible cariño, porque el amor no lastima, no al menos el que es de verdad, y lo que yo siento por ti, es eso.
Toma mi corazón, tócalo, cuídalo. Riégalo y no le cortes los pétalos, no hasta que sea tiempo.
Y si te cansas, si te fastidias, si te sientes obligado, solo recuerda que no tienes porque estar conmigo, el amor es una decisión y eres libre de decidir.
Yo siempre enigmada
con la vida:
Ella
Comentarios
Publicar un comentario