Ir al contenido principal

El último día del año y la última entrada para vos.

Espero que no estés aquí, leyéndome. Creo que, aunque así fue como nos acercamos (tú,
recomendando a medio mundo este lugar y luego presumiendome tu increíble acción)
hasta volverte mi más fiel lector, hoy no quiero que vengas aquí a leer como estoy;
porque ahora estoy más convencida que nunca: es necesario dejar de saber de quién,
ya no quiere saber de ti.
Hay tantas cosas sobre las que me gustaría escribirte, tengo material de sobra para hacerlo,
pero espero con todo mi corazón que hoy, día último del año, termine también mi manía de escribirte,
porque hace tiempo que terminó la tuya de leerme.
Nunca sé como empezar, a veces las frases inundan mi mente en los momentos más ocupados
(ojalá pudiera escaparme de tí al menos en esos instantes) y espero guardarlas en mi memoria
hasta que pueda escribirlas, pero me equivoco -como seguido lo hago- y se me resbalan en mi
distraída cabeza, que parece no agarrar nada, pero retiene lo que menos quiero: tu recuerdo.
No puedo negar que pienso en ti. Claro que lo hago y a veces en una frecuencia que me disgusta.
Salgo y espero no verte ni encontrarme a nadie que haya conocido por ti (no porque ya no los quiera
-los quiero demasiado- sino porque es difìcil verlos de nuevo y encarar la ruptura)
No miento, me muero por ver a tus papás, a Whisky, a Brandy (tus perros), a la abuela, a la nena.
¿Cómo no? Por eso realmente ha sido realmente difícil desprenderme de todo. Tengo curiosidad también
por ti, aunque yo sé que no hay nada que pueda encontrar en ti, estamos vacíos, justamente al contrario de
cuando nos conocimos. ¿Sabes que me daba coraje? Perder el contacto contigo, y es que yo decía:
¿Cómo es posible que conociéndonos tan bien, finjamos no hacerlo? No lo entiendo, pero creo que es sano dejar de intentar comprenderlo.
Es el riesgo de atreverse a tener una relación, un día termina y no hay nada que conservar, a veces ni los recuerdos.
Estoy decepcionada de ti -no importa realmente, porque al final, tu y yo no nos debemos nada.
Creí haberte conocido y luego me di de topes en la pared dándome cuenta que nunca fue así.
Algunos días quisiera escribir sobre lo difícil que ha sido desprenderme de ti, de la increíble relación que tuvimos,
pero me da coraje ¿sabes? Me da coraje que haya sido tan difícil para mí y en cambio para ti haya sido facilísimo.
Siento que es una gran injusticia porque yo, la que nunca quiso enamorarse terminó siendo la persona más ridícula haciendolo, la más enamorada.
Y me siento mal (como si debiera arrepentirme) me siento mal por haber sido tan entregada, por haberte querido tanto,
a pesar de que ¡fue una experiencia increíble! Me siento mal porque al final pareció que solo yo te quise,
como si todo lo que me diste nunca haya sido real, y me entristece, porque me niego a creerlo,
pero de otra manera no te hubieras desprendido tan rápido y tampoco no quiero sonar tan aferrada,
-incluso- admiro que lo hayas hecho, pero ¿tan fácil?
Por una parte, me parece obvio que, si tu te fuiste, tu serías el primero en desprenderse, pero
¿tres meses y medio te parece un plazo razonable para soltar todos los recuerdos almacenados en la memoria, corazón y cuerpo durante tres años?
Sabines me recomendaría tiempo, abstinencia y soledad; y yo, yo me recomendaría mi receta infalible: morirme un ratito.
Me parece injusto escribirte y dedicarte mis letras, porque yo, la que tiene el instinto de la justicia impregnado,
sé que esto ¡es lo más injusto que puedo estar viviendo! Es injusto en la medida de comparación, tomando como base la experiencia ajena: la tuya.
Ahora te imagino como un pequeño Dios, juzgandome porque escribo sobre lo que fue, cuando tú estás, no digo en una nueva página ¡en un nuevo libro!
Y me digo a mi misma, ojalá que no la nombres como a mí, ni hagas las pequeñas cotidianidades que hacías conmigo
(y sí, que egoísta soy, pero quisiera imaginar que así es, que no puedo ser tan reemplazable y tú, no puedes ser tan patán).
Al final yo me quedé, y me quedé con todo lo que dejaste con tu ausencia, empezando por el montón de preguntas sin respuesta.
Esperando que todo pasara, esperando encontrar un espacio donde pudiera guardar todo el amor, el cariño, los sueños, los planes, los momentos, los recuerdos.
Un lugar donde cupiera todo lo que ya no se puede compartir, y no creas, claro que pensé en aventarlo (como lo fuiste haciendo tú poco a poco)
pero no creo que sea justo -tampoco-, en honor a todo lo que fui contigo, no tiraría a la basura tantos momentos excepcionales que me hicieron crecer como persona,
esas cosas se guardan como aprendizaje.
Es ridículo negar todo lo que viví contigo, porque forma parte de lo que fui y de lo que soy.
Y podría transmitir la idea de que te detesto, pero no lo hago, no podría hacerlo.
Claro que detesto que me hayas olvidado tan rápido (porque evidencías lo desechable y reemplazable que soy),
claro que detesto que estés saliendo con quién sabía que te gustaba cuando estabas conmigo, pero eso no importa, porque te juzgue yo,
o te juzgue el mundo, VOS SOS LIBRE y me gusta que lo sepas.
Aunque ha sido un proceso doloroso, te agradezco que te hayas dado cuenta. A veces me preguntaba
¿Será que uno despierta  un día y se da cuenta que ya no quiere estar con esa persona con la que ha compartido todo?
Mi experiencia personal apuntaría en los dos sentidos. A mí no me ha pasado, pero yo he sido la que se queda cuando la otra persona se da cuenta.
Luego pienso más y creo que las cosas no se acaban de un día para otro, se van acabando poco a poco, con el pasar de los días,
se desgastan nuestras ganas, a veces motivadas por alguna razón y en otras ocasiones por el mismo paso del tiempo.
¿Te acuerdas que te decía que algún día ibas a encontrar a alguien que rompiera todos tus paradigmas y por la que te atreverías a hacer todo lo que te costaba tanto hacer por mí?
Desgraciadamente, no me equivoqué. Aunque parezca que no te conozco, la realidad es diferente. Ojalá te hayas dado cuenta que yo no inspiraba tus sueños,
y te agradezco que hayas sido valiente y por ello justamente, espero que ella si lo haga y te impulse todo lo que yo quise, pero no pude.

Quizá todo esto me sirva para ya no ser tan entregada, pero tal vez no,
porque al final no gana el que se va primero sino el que dio más.

YO SIEMPRE ENIGMADA CON LA VIDA

ELLA

Comentarios

Entradas populares de este blog

Veo humanos, pero no humanidad.

¿Te has fijado como somos de indiferentes las personas? Como no reaccionamos, no nos importa, la indiferencia es peor que las otras actitudes. ¿Ves como somos soldaditos?  Hechos para obedecer y no preguntar. Parece que la sociedad esta dejando de evolucionar, no mejoramos, estamos destruyéndonos, parece que avanzamos, pero PARA ATRÁS. He querido cambiar las cosas, una, diez cien veces. Me siento tan enojada, no puedo ser la única con ganas de cambiar. Claro siempre te dicen que empieces por ti misma, ¿Y sabes por qué te lo dicen? Sí, porque es lo más difícil. Pero después de haberlo intentado y de haber fracasado tanto, me he sentido tan vacía, tan ridícula, tan frustrada. Y luego tan yo, como siempre; tan yo. Y no sé que es, siento que estoy equivocada, espero que alguien conteste a tantas interrogativas que de todo surgen. Pero, ¿sabes qué? Nunca nadie lo hace y eso me lastima tanto, ¿Por qué se aferran en hacerme sentir tan mal? ¿Por qué siempre quieren hacerte ve...

Es fin de año y no pude evitar escribirte.

Papá, estoy en Montevideo. Qué lugar lindo, debo decir, acabo de dar una vuelta y mire una casa como aquella que te gusta que está en Bosques, que cuando íbamos a misa y pasábamos te decía: yo te la voy a comprar. He pasado por Santiago, por Buenos Aires y ahora estoy hirviendo aquí en frente al mar. Quise empezar esto así, pero sabes que estoy llena de nostalgia, naturalmente porque nací contrariada con la vida y aumentado por estas fechas que se recuerda mucho a la familia y que lejos uno se da cuenta que hasta lo más mínimo es lo más maravilloso. Estoy haciendo un recuento de los daños, bueno quiero decir de este año y de doce meses he pasado cerca de siete fuera, y yo sé que esto debo de aprovecharlo, que hay pocas oportunidades así pero soy débil y todo me recuerda a casa, a la abuela, a la ciudad, a Ringo (nuestro perro). Vos sabes cuánto vivo atada a la nostalgia. Y es cierto también, que es bueno viajar, mira de cuantas cosas me he dado cuenta, cuanta pertenencia tengo haci...

Tara, ¿mi gata?

¿Qué sabemos del vacío en realidad? A veces (seguido), me parece irónico que siendo lo que es esa palabra, sea una sensación tan exhaustiva, decir que está vacío es como decir que no hay nada, pero al mismo tiempo, ese vacío lo ocupa todo. Decir que no hay nada no es tan cierto, pero es una manera de relegar todo, de tirarlo a un segundo plano. Y decir que Tara ocasionó el vacío más profundo en mi vida, no es para nada una exageración. Ahora no hay nada y al mismo tiempo un pensamiento sostenido que gira a su alrededor. Se fue Tara, salió de casa, se perdió. Siempre digo ¡Tara es mi gata! (o, ¿era?), pero Tara nunca fue mía, Tara sólo me escogía para brindarme su compañía. Tara era de ella y de la naturaleza que la hizo increíblemente perfecta. Tara es el nombre que le puse y me parecía profundamente impecable para esos ojitos que se expandían cuando ella me miraba, cuando jugábamos y seguía sigilosamente mis dedos en la orilla de mi cama. Tara no era mía, pero como humana, me gustaba ...