¿A quién le importa
saber por qué uno no es suficiente?
Cuando no se quiere, NO SE PUEDE Y YA.
Estoy decepcionada de ti, pero aún más de mí, esperar,
esperar, esperar,
¿No sé hacer nada más? Esperar tanto, o solamente algo a cambio, ha sido un gran error.
La tristeza me embriaga en un nivel impresionante; me
siento estancada en el peor momento de nuestra relación. Es triste, pero en mayor
medida desesperante.
Hacer todo y que no sea suficiente. No es suficiente
porque parece que todo significa lo mismo para vos, estar o no estar, vernos o no
vernos, hablarnos o no hacerlo, me siento tan desvalorada, como si yo fuera algo
parecido a una comida, un helado o una hamburguesa, te gustaría comerla hoy pero
no pasa nada si no lo haces, podrías comerlo pero está bien también si no lo comes. Luego he pasado
también a sentirme como una molestia, te agobio y te gustaría descansar de mi
¿Y sabes? no
te culpo, bien sé que soy absorbente, necesito demasiado y entre más tengo MÁS QUIERO.
Y pienso: así no es el amor, el amor se da y se da en la
medida en que uno puede hacerlo, y también en la medida en que uno tiene y la otra
persona inspira.
Vos, vos me inspiras demasiado, y quizá no puedo
limitarme. Bien sé que me encantaría quererte un poco (MUCHO) menos, porque desde acá, parece
que dolerá la caída. ¿Te das cuenta como el miedo asfixia todas las
pretensiones? y sin embargo no dejo de hacerlo. Me da miedo sufrir (aunque ya lo esté haciendo) porque te quiero demasiado; y aunque creo que querer/amar es una experiencia
transformadora e inigualable, también amando, deseamos sentirnos amados -aunque la principal
razón o motivación para amar NO sea ser amado-
Te quiero demasiado y me empieza a hacer daño.
Espero
también mucho de vos, espero el mensaje para vernos, espero que hoy no veas a tus amigos y que
tengas un deseo por gastar tu tiempo conmigo, pero no es así.
Espero que hagas por
mí, lo que haces por los demás.
Quedarte hasta tarde conmigo, llamarme.
Y ya lo sé,
¿Viste? El error es todo mío y estoy asqueada de mí, y ¿Cómo no? Me odio, me odio porque me
la paso comparando y comparo todo lo que haces por los demás y no puedes hacer por
mí y me abrumo porque no soy suficiente, es la verdad, no soy suficiente para vos,
no soy quien quisiera ser para ti, no te inspiro y me da asco porque ya todo se echó a perder; y, evidentemente me doy pena. Me doy pena porque quise ser todo para ti y no fue posible, no
pude, no puedo tampoco forzar las cosas; el amor nace no se hace, no te culpo tampoco, no lo
mereces. No puedo exigirte algo que no tienes. Tuviste tiempo -quizá lo más valioso- pero no
representa nada sin la voluntad.
Estoy segura, que algo hay en que las mujeres somos
demasiado entregadas. Así fue, te dí todo e incluso lo más valioso -mis ganas de
existir- pero me equivoqué también.
Me equivoque en la medida, te dí en exceso, así como
cuando las plantas se mueren ahogadas de agua, yo te ahogue de amor, uno nunca sabe medir. Odio esa percepción popular que dice que hay que ignorar a las personas para que
te busquen más ¡Qué reverenda estupidez! quien haya dicho eso, nunca fue correspondido.
Es hermoso querer y ser querido, hablar y ser atendido.
No tengo suficiente de ti, me gustas en muchas
dimensiones y en diferentes sentidos (quizá por eso no puedo dejarte); me gusta quien sos,
me gustan tus ojos, tus manos, cuando ríes y me encantas (los claxons); me gusta como
sostienes mi cintura y tu manera de alentar mis sueños, me gusta verte siempre
en mis festivales de flamenco, me gusta cuando me dices "te ves bien
bonita" o "eres la más sexy"; me gusta que nunca me digas "Hoy no vayas al gimnasio" aunque
dejaría de ir por estar contigo, me gusta que nunca me has limitado, quizá eso sea lo que más me
gusta, tu manera tan pura de quererme; y es ahí, en tu libertad, cuando eres tú y se te
olvida todo -por supuesto que hasta yo- en tu independencia, es cuando más te necesito y
cuando recuerdo lo pequeña que me he convertido, lo poco que me siento sin vos, lo nada que
valgo si no estoy contigo.
He permitido que te convirtieras en todo; cuando te
vas, no hay nada, la habitación se
hace gigante y vacía, a pesar de que, está llena de
cosas -cuando no estás Andrés Calamaro.
Y por otra parte también hay cosas que no me gustan
tanto.
Odio que te quedes callado cuando espero ansiosa tu
respuesta, odio que no contestes mis llamadas cuando no sé dónde estás, odio
que no puedas gastar tres minutos en mí, llamándome o mandándome un mensaje, odio que no me quieras tanto como yo a ti,
odio no ser tu prioridad y odio algo que no es tuyo pero inspirado por vos, ¡ODIO SER
TAN EGOÍSTA CONTIGO!
Odio quererte solo para mí y de esta manera tan
enferma. Odio haberme relacionado contigo hasta acostumbrarme a
ti, pero no haber logrado más. Eso es lo que más odio. Odio estar enferma emocional y
mentalmente; y no haberme podido curar para quererte bonito. No es sano quererte así, puedo transmitir la idea de
que te quiero de manera
enfermiza ¿Y sabes? Probablemente así sea.
Pero bueno, todo lo que empieza tiene que acabar ¿No
es así? Qué triste que esto también tenga que ser así, me voy triste, insatisfecha, con
hambre y ganas de haber hecho más, de haber caminado más contigo, pero ¿Sabes? llevo
tiempo queriendo avanzar, sin embargo es difícil con un solo esfuerzo, jalarte para seguir; comienza a pesarme hasta a mí.
Nos faltó cuidarnos más, dedicarnos más tiempo,
querernos más (o quizá yo menos),
nos faltó darnos cuenta ¡qué estábamos juntos!
Me falto ser más paciente contigo y querer menos de
ti.
A veces odio ser así (aunque si soy sincera lo odio
siempre)
Yo siempre enigmada con la vida:
Ella
Comentarios
Publicar un comentario