Ir al contenido principal

La nuestra será siempre mi favorita.

-Miento un poco (mucho) al decir que no estoy triste.



No estoy triste. Te di todo lo que tuve.
Te compartí mi vida y tú la tuya.
No podría decir que he desperdiciado casi cuatro años de mi vida, porque fue todo
lo contrario, invertir, sembrar y permitir que un jardín hermoso creciera en mí.
Precioso tesoro. No hay nada que yo pueda extrañar más que una risa con tu papá (o gritarle: ¡SUEGROOOO! al llegar a tu casa), una indirecta de tu mamá,
una tarde de fin de semana tomando cerveza en la terraza de tu casa, o a la abuela Atala.
Eso si me pone triste, no poder estar más.
Pero mejor te hablo de lo bueno.
Amor, te digo así, porque no te puedo quitar lo que significas para mí.
Nunca experimenté amor igual. Amarte va a ser por mucho, la mejor experiencia
de mi vida, tener tus brazos, tomar tu mano y tratar de entender una mente tan compleja, sin mencionar lo única que es tu alma, eso, eso es lo que hace que la gente tenga ganas de poseer un cuerpo, cuando es posible mirar a la cara el espíritu, cuando te enamoras de él, ese es el impulso por querer desnudar el cuerpo.
No sé si pueda explicar, pero tengo certeza que el amor hace que la vida sea tan maravillosa, tener a alguien a quien le puedas contar porqué odias el mundo sin que sea necesario que él también lo haga, eso es indescriptible; como también lo es  que alguien escuche como te complicas por nada y lloras por todo sin que quiera callarte, nunca podré olvidar tus palabras en medio de mis constantes crisis: "Llora, llora", para mí fue encontrarme con una persona que me permitiera ser y me tocara el alma de una manera tan sana.
No te odio, y sé que más bien, todo lo contrario, te amo demasiado, te amo y por eso te libero de mi, del peso que parece que te es imposible soportar,
te libero de todas las cosas malas a las que te quise acostumbrar, a que me avisaras cuando llegaras a casa, a que me mantuvieras al tanto de tu vida, a que me contestaras alegre mis llamadas, a permitirnos vernos más de tres días a la semana, a que trataras de charlar con papá, a implorarte por un mensaje cursi y todas esas cosas que no van contigo, me siento mal por querer cambiarte.
Nunca me di cuenta que dabas todo de ti y que yo todavía quería más, como si no fuera suficiente.
Bien sé que exijo mucho y no me justifico - Ay, fuiste tan bueno conmigo y para mí, de verdad te lo digo. Tanto que quisiera quedarme pero saque todo lo bueno de ti que ya no me acuerdo quien fui. Ahora me hago daño con la idea de pedirte más.
En realidad estoy viendo que soy demasiado mala para ti, que no te hago crecer y quequiero tenerte en una cajita para mí. Me deshago sin ti. Me deshago porque no sé quién soy sin ti.
Estuve muy triste pensando que alguien más estará en mi lugar. Pero es INJUSTO. Te mereces mucho más de lo que yo soy. Te mereces alguien que inspire tu vida. Alguien a quien no pese entregarte. Alguien que no te haga dudar, porque aunque seguido pienso que aunque la duda reafirma convicciones, también las destruye. No sólo mereces, sino que necesitas más en tu vida.
No hay reproches, eso lo entendí bien, porque así no es el amor.
Te lo digo en serio, sufrí mucho e inclusive me ahogué, como seguido lo hago en la tristeza.
No tengo nada que reclamar, por el contrario, tengo demasiado que agradecer.
Eres mucho en mi vida, pero no puedo cargar con el peso de no quererme, es eso.
Y no quiero transmitir la idea de que soy fuerte y no me afecta, estoy rota sin la posibilidad de estar entera alguna otra vez. En cambio tú, me conforta la idea de saberte fuerte, que la tristeza ni siquiera pasara por el filtro de tu mente, pues para mí (y bien sabes cuanto lo admiro) tu mayor virtud es tu inteligencia emocional, y bueno, eso es de reconocer, me encanta que vayas en el único sentido que tiene la vida: adelante (yo me disculpo, por tantas veces quedarme atrás, aún no sé para cuál lado jalar)
Esta historia y todas las memorias que hemos construido, las mantengo intactas,
y me darán para escribir demasiado y para tener una historia que valga la pena contar en mi vida. Porque vales la pena, los sueños y los riesgos.
De todas las historias, la nuestra será siempre mi favorita. 
Demás está decir que te amo y que lo podré hacer sabiendo que di todo lo que tuve y todo lo que fui.

Me quedo con la nota que siempre estará al frente de mis agendas, donde en mi 
lista de pendientes escribiste; 
"Amar mucho a mi novio" y al reverso:
Te quiero muchísimo, Daniela.
La única nota escrita que logré tener de ti, entonces, la más valiosa.




YO SIEMPRE ENIGMADA CON LA VIDA.

ELLA


Comentarios

  1. Leerte deleita mis ojos pero entristece mi corazón...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Algo así me pasa cuando escribo, no termina mi tristeza pero se comparte y se divide!

      Eliminar
    2. Algo tiene de bueno tú tristeza... tus palabras que vas acomodando, hoy amanecí nostálgico y esa fue la razón que me trajo aquí y quedé maravillado.

      Y claro que se dividen las tristezas, y las alegrías y todo aquello que nos llega al corazón.

      (William y Edgar somos los mismos). No vayas a pensar que estoy de entrometido, sólo que al crear está cuenta me acordé de ese personaje y lo puse.

      Saludos!!!

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Veo humanos, pero no humanidad.

¿Te has fijado como somos de indiferentes las personas? Como no reaccionamos, no nos importa, la indiferencia es peor que las otras actitudes. ¿Ves como somos soldaditos?  Hechos para obedecer y no preguntar. Parece que la sociedad esta dejando de evolucionar, no mejoramos, estamos destruyéndonos, parece que avanzamos, pero PARA ATRÁS. He querido cambiar las cosas, una, diez cien veces. Me siento tan enojada, no puedo ser la única con ganas de cambiar. Claro siempre te dicen que empieces por ti misma, ¿Y sabes por qué te lo dicen? Sí, porque es lo más difícil. Pero después de haberlo intentado y de haber fracasado tanto, me he sentido tan vacía, tan ridícula, tan frustrada. Y luego tan yo, como siempre; tan yo. Y no sé que es, siento que estoy equivocada, espero que alguien conteste a tantas interrogativas que de todo surgen. Pero, ¿sabes qué? Nunca nadie lo hace y eso me lastima tanto, ¿Por qué se aferran en hacerme sentir tan mal? ¿Por qué siempre quieren hacerte ve...

Es fin de año y no pude evitar escribirte.

Papá, estoy en Montevideo. Qué lugar lindo, debo decir, acabo de dar una vuelta y mire una casa como aquella que te gusta que está en Bosques, que cuando íbamos a misa y pasábamos te decía: yo te la voy a comprar. He pasado por Santiago, por Buenos Aires y ahora estoy hirviendo aquí en frente al mar. Quise empezar esto así, pero sabes que estoy llena de nostalgia, naturalmente porque nací contrariada con la vida y aumentado por estas fechas que se recuerda mucho a la familia y que lejos uno se da cuenta que hasta lo más mínimo es lo más maravilloso. Estoy haciendo un recuento de los daños, bueno quiero decir de este año y de doce meses he pasado cerca de siete fuera, y yo sé que esto debo de aprovecharlo, que hay pocas oportunidades así pero soy débil y todo me recuerda a casa, a la abuela, a la ciudad, a Ringo (nuestro perro). Vos sabes cuánto vivo atada a la nostalgia. Y es cierto también, que es bueno viajar, mira de cuantas cosas me he dado cuenta, cuanta pertenencia tengo haci...

Tara, ¿mi gata?

¿Qué sabemos del vacío en realidad? A veces (seguido), me parece irónico que siendo lo que es esa palabra, sea una sensación tan exhaustiva, decir que está vacío es como decir que no hay nada, pero al mismo tiempo, ese vacío lo ocupa todo. Decir que no hay nada no es tan cierto, pero es una manera de relegar todo, de tirarlo a un segundo plano. Y decir que Tara ocasionó el vacío más profundo en mi vida, no es para nada una exageración. Ahora no hay nada y al mismo tiempo un pensamiento sostenido que gira a su alrededor. Se fue Tara, salió de casa, se perdió. Siempre digo ¡Tara es mi gata! (o, ¿era?), pero Tara nunca fue mía, Tara sólo me escogía para brindarme su compañía. Tara era de ella y de la naturaleza que la hizo increíblemente perfecta. Tara es el nombre que le puse y me parecía profundamente impecable para esos ojitos que se expandían cuando ella me miraba, cuando jugábamos y seguía sigilosamente mis dedos en la orilla de mi cama. Tara no era mía, pero como humana, me gustaba ...