Hay un montón de historias que ya no cuento, a pesar de que creo que puedo ser una buena narradora. Supongo que ha de ser la edad, entre más crezco, más observo, pero menos lo cuento. He formulado teorías increíbles, pero que terminan sustentando mi unilateral manera de ver el mundo. ¿A qué le tememos tanto de la soledad? ¿Por qué nos cuesta tanto soltar? ¿Por qué preferimos ser infelices con alguien qué no nos llena, al encuentro con la propia compañía? ¿Tan terrible es la idea de quedarnos con quien somos? ¿En realidad no sabemos qué decisión tomar o es quizá que nos cuesta afrontar lo que ello significa? Creo que uno siempre sabe, pero a veces nos gusta engañarnos con esas pequeñas mentiras que no son piadosas y que terminan siendo gigantes. 24/02/20 No quiero cambiarte No quiero exigirte un cariño o siquiera pedírtelo no quiero pretender que seas quien no eres pero tampoco, tampoco quiero vivir sin la convicción de que me eliges cada ...