Hay tantas cosas que desconozco y sin embargo no hay ninguna que me taladre tanto como la duda infinita de saber si eres lo que quiero. Te quiero y sin embargo eso no basta. No es suficiente para alimentar la convicción de mi decisión diaria de estar contigo. Y no es precisamente tan terrible y mediocre como suena lo que estoy contando, sino que a veces, nuestra manera tan desfasada de coincidir me orilla inevitablemente a una marea tibia, donde la duda se convierte en el timón más débil. Seguido nos visualizo y me doy cuenta qué somos tan diferentes, que indudablemente nuestras culturas nos separan en abismos y que individualmente nos diferenciamos en contrastes evidentes. Y aunque la distancia es ahora obligación para todos en el mundo, para nosotros ha sido la prueba diaria del lazo que hemos tejido; y aun así, pese a lo acostumbrada que ya debería de estar a ello, hay días en que me da miedo estarme equivocando por el miedo a no decirnos la verdad. Me da miedo que la distancia...