Te beso todas las distancias y los sueños tan distintos a los míos que no nos han dejado ser, ni estar. Te beso el tiempo enemigo de lo nuestro, cómplice fugaz de la imposibilidad de amar, testigo mudo de la posibilidad de querernos, de todo aquello que no es ni será. Te beso lleno de defectos que me han nublado el criterio de quererte. Así te beso amor, como perdonando el tiempo que nos ha echado al olvido, como perdonándome a mi misma por negarme a estar contigo. Y aquí seguimos confundidos, pensando que quizá mañana será una buena oportunidad para volver a empezar. Aquí estamos luchando por superar cada odio que se aferra al amor que no existe. Así estoy hoy, llena de palabras que parecen nada ante los hechos que han hablado ya por ellos. Y si miramos, si miramos lento, si observamos; todo lo que hemos hecho, tal vez veremos que ya no hay nada, sino una obra inconclusa, con materiales calcinados por todas la...